#GUARDA LO QUE HAS APRENDIDO…Y PONLO EN PRÁCTICA
Este tiempo hemos aprendido a
aprender. Lo curioso es que lo hemos hecho a golpe de simplicidad. Lo sencillo,
lo cotidiano, lo entrañable se han convertido en gestos de supervivencia.
Porque no se trata solo de sobrevivir, sino de super-vivir. El poder de lo
pequeño y lo frágil nos ha sobrecogido. Mirar con los ojos de la esperanza que
nos pedía nuestra fe, nos ha llevado a confiar en nuestros vecinos, en nuestra
responsable intimidad, en aquellos que ofrecían sus vidas para recuperar otras,
en anónimos del cariño tras las pantallas, sean cuales fueren. Estos signos de
esperanza han sido más creativos que nunca y nos han puesto ante el compromiso
de responder a la pregunta: “¿Qué hacéis ahí plantados mirando al Cielo?”.
Dejad el miedo. “Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el final de los
tiempos”.
Las promesas que nos hacen
aquellos en quienes más confiamos nos dan alas y aliento. Así es el Espíritu
prometido: aire. Presencia. Impulso. Confianza. Implicación. Aquel que entrega
su vida por amor, no necesita palabras. Solo necesita que tú y yo guardemos lo
aprendido en este tiempo y lo pongamos en práctica. Porque toda semilla que se
cuida, es corazón de un nuevo fruto. Y tú, ¿qué has aprendido en este tiempo?
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