Señor
mío y Dios mío, al iniciar este día te alabo y te bendigo por todo el amor que
he recibido de Ti. Siempre has estado conmigo, Señor, tanto en los momentos de
calma como en medio de dificultades y adversidades; en los problemas que
experimento está la manifestación de tu amor. He experimentado, mi Señor, en
medio de tantas situaciones, tu fuerza y tu poder, y eso me anima a seguir
adelante. Gracias, mi Dios, por ayudarme a entender mi realidad y, así,
animarme para enfrentar situaciones adversas y vencerlas en tu nombre. Te
suplico que pueda ser paciente y sereno en mis relaciones interpersonales,
Señor, que no dañe a nadie ni con mis palabras ni con mis actos, para que a
todos les pueda hacer sentir tu amor y tu poder. Contigo me lleno de alegría y
de poder para seguir venciendo, porque escuchas mi voz, me atiendes y me das
motivos cada día para sonreír, para levantar mi ánimo, para creer en que todo
estará mejor. Amén.
Alberto
Linero
Departamento
de Pastoral. Colegio Ntra. Sra. del Sagrado Corazón. Madrid.
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