§ Que yo te busque, sino
que Tú me buscas en todos los caminos.
§ Que yo te llame por tu
nombre, sino que Tú tienes el mío tatuado en la palma de tus manos.
§ Que yo te grite cuando
no tengo ni palabras, sino que Tú gimes en mí con tu grito.
§ Que yo tenga proyectos
para ti, sino que Tú me invitas a caminar contigo hacia el futuro.
§ Que yo te comprenda,
sino que Tú me comprendes en mi último secreto.
§ Que yo hable de ti con
sabiduría, sino que Tú vives en mí y te expresas a tu manera.
§ Que yo te guarde en mi
caja de seguridad, sino que sea una esponja en el fondo de tu océano.
§ Que yo te ame con todo
mi corazón y todas mis fuerzas, sino que Tú me amas con todo tu corazón y todas
tus fuerzas.
§ Que yo trate de
animarme, de planificar, sino que tu fuego arda dentro de mis huesos.
Porque ¿cómo podría yo
buscarte, llamarte, amarte... si Tú no me buscas, llamas y amas primero?
El silencio agradecido es mi última palabra y mi mejor
manera de encontrarte.
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