Surgirán nuevos besos. Nuevos
amores. Surgirán porque somos creativos por naturaleza. En estos tiempos que
nos abrazan hasta querer ahogar esperanzas, surge la fuerza de la sencillez. Esa
que transforma en miradas encendidas nuestras pantallas. En música y risa, los
encuentros anhelados. La sencillez se alza entre nuestras historias no
documentadas ayudándonos a conocernos un poco mejor, a estrechar lazos a través
de conversaciones alrededor de la mesa, a sentir que cada día está más cerca el
abrazo a los seres amados que permanecen alejados. Toca reinventarse. Vencer
con el Amor. Con la creativa pasión por vivir. Dios nos elige y nos invita a
dar sentido a nuestros sueños. La puerta está abierta… ahora nos toca a
nosotros.
La tierra entera aclama esos abrazos
que no damos de forma física por fragilidad y responsabilidad. Mas el amor es
arte. Y el arte de amar siempre busca nuevos caminos para desplegar sus alas.
Hemos vivido ese abrazo atrapado entre bastidores envolviendo soledades
desnudadas. Y en los silencios compartidos con nuestros latidos, una idea
insistentemente nos revela que Dios sigue vivo entre nosotros. Que la alegría
contenida está clamando en el tic-tac de las gentes enclaustradas. A precio de
sangre, resistencia, oraciones y manos extendidas, la tierra entera reclama
Esperanza acompañada. Nada está del todo perdido…y mucho menos los deseados
abrazos contenidos.
(Reflexiones
sobre las lecturas del 6º domingo de Pascua. Colegio LSF, Zaragoza)
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