PERMANECED EN MI AMOR
Señor, Tú nos dijiste que nos amáramos los unos a los otros
como Tú nos amaste. Es difícil, muy difícil. A veces, los otros, los que nos
rodean y conviven con nosotros, nos fastidian, nos incomodan, nos molestan y
nos agravian, y nos puede llegar a parecer que no merecen ser queridos por
nosotros.
Como si nosotros tuviésemos el conocimiento de los demás para poder
decidir quién vive su vida mejor que nosotros. Pero, afortunadamente, Tú nos
dices que sigamos tu ejemplo.
Querer a los demás es complicado, a veces, y necesitamos tu
ayuda para poder conseguirlo. Aunque caigamos y recaigamos, no hemos de
desfallecer si Tú nos ayudas.
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