La
celebración del Día de la madre tierra tiene lugar el día 22
de abril de cada año, apenas una semana antes del inicio del mes de mayo,
tradicionalmente dedicado a la Virgen.
En esta semana de celebración del 5º aniversario de la encíclica Laudato
Si’, en el mes de María, debemos reflexionar sobre nuestro compromiso para el
cuidado de la Tierra, que Dios nos encomendó.
La
Virgen María, como Madre de la Humanidad en la Tierra, ha sido representada a
lo largo de la historia, uniendo el globo terráqueo a su imagen. El sentido más
profundo es pedir su protección. Dirigimos nuestra mirada a María, evocando su
amparo maternal, cuando sentimos que nuestra casa común corre graves riesgos.
Conviene no olvidar (sobre todo en la hora presente en la que sobrevuelan
múltiples amenazas sobre la tierra y los recursos naturales se están arrasando
y devastando) que Ella es un manantial de consuelo y un aliciente para tomar en
serio nuestra vocación de ser custodios de la creación. Y pedir que nos ayude a
actuar
desde opciones de vida más conscientes, sostenibles y respetuosas.
Que nuestra actuación se rija por una mirada distinta,
llena de sensatez y solidaridad. Que nos ayude la confianza en nuestra Madre,
la Virgen María, siempre dispuesta a acoger “el gemido de la hermana tierra,
que se une al gemido de los abandonados del mundo, con un clamor que nos
reclama otro rumbo” (Laudato Si’, n. 53). De su mano podemos,
en verdad, vivir la fraternidad, el esmero de velar por nuestro planeta, que ha
de ser hogar para todos, espacio de comunión y apertura, casa donde nadie se
sienta ignorado ni excluido, protegiendo a nuestros hermanos más débiles.
Debemos mirar la naturaleza con
reverencia, gratitud y actitud de escucha, estar atentos y aprender de ella.
Nos enseña que todo está interconectado, interrelacionado y que todo es interdependiente.
Se trata de ensanchar nuestro círculo de amor y compasión más y más, hasta que
abrace a todos los seres sintientes, los animales, la naturaleza y la tierra
entera, que es nuestro Hogar común.
Virgen
María, Madre nuestra, ruega por nuestra hermana y madre tierra y por todos
los que habitamos en ella.
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