Todos hemos trabajado y
sembrado para que, con esfuerzo, recogiésemos buenos resultados. Hemos
confiado en que Dios nos acompaña y hemos visto como cada día se hacía realidad
en tantos gestos, miradas, silencios, palabras de ánimo, acompañamientos,
risas… Has estado con nosotros, aunque a veces no te hayamos reconocido.
Gracias, porque a pesar de nuestras debilidades, cansancios, desánimos,
ingratitudes… Tú, nuestro buen Dios, seguirás estando siempre a nuestro lado,
acompañando nuestra historia. Gracias por el descanso que ahora vamos a
disfrutar.
Que este verano sepamos deleitarnos de todo lo
que Dios nos regala cada día: la naturaleza, las relaciones interpersonales, la
lectura, el juego, los paseos, el arte, la cultura… disfruta de los momentos y
lugares bellos, da color a la vida con
la riqueza que tienes dentro. Pon un arco iris en tu vida: ama, sonríe, salta,
baila, lucha, sé, comparte… Necesitamos sentirnos inundados de Él, para poder
llevar vida y color a los demás; pon la tonalidad adecuada en el corazón de
cada persona, puedes remojarte en colores vivos, dar un toque de alegría en
algún ambiente gris y llenar de colores
cálidos, entonando los corazones más fríos… En definitiva, llénate de AMOR, pon tu CORAZÓN en MODO VIDA, y que, donde vayas, “pintes algo de color cada día”.
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